El Vampiro de Ojos Miel (1)

El Vampiro de Ojos Miel 

En una sombría y oscura mansión, se encontraba un chico de ojos claros marrones, cabello color marrón claro,delgado, tez blanca, alto , vistiendo una camisa blanca, un chaleco negro, pantalón negros, zapatos negros y con una gabardina que le llegaba a las piernas. El joven caminaba pro la lúgubre casa, hasta que un gato medio naranjita y con un moño verde en la cola lo distrajo su atención, el gato se adentro a una habitación, la puerta entre abierta, el joven se acerco a la puerta, la abrió totalmente, otro hubiera sido el destino de el y sus amigos y sus conocidos si no hubiera seguido al felino. El chico de adentro en la habitación, volteo su mirada a su izquierda y habían bastantes juguetes y libros. Miro a su derecha y en una cama bastante decorada y bastante grande, de madera, con sabanas blancas, allí estaba acostada una chica de por lo menos 13 años, cabello marrón claro a la cintura, tez blanca, delgada y vestía un piyama blanco con detalles negros y un moño amarillo patito. El joven se acerco a la chica, el chico no aparentaba mas de 16 o 17 años. Cuando se acerco lo suficiente se subió a la cama, se coloco sobre ella, acerco su cara a la de ella, en ese momento la joven abrió sus ojos eran color miel, vio al joven sobre ella, se sonrojo un poco, lo empujo hacia atrás, la miro, sonrió y dijo en tono algo inocente:

-Perdóname, mi nombre es Remus Lupin, lamento lo ocurrido

-¡PERVERTIDO!

-¿D-Disculpe?

-No finjas- olfatea un poco- Lycan

-¿C-Como lo sabe? -olfatea un poco el también-

-Hueles a uno

-Y tu a Vampiro

La chica sonrió y se bajo de la cama, el chico hizo lo mismo y le sonrió:

-Usted aun no me ha dicho su nombre...

-Glen Anya Jones

-No es que me interese pero, ¿Tienes hambre verdad?

-¿Como lo sabes?

-Mientras dormías tu estomago rugía

-¿Q-Que? -se sonrojo bastante-

Remus  rió levemente:

-¿Que comes?

-Pasame lo que esta en el escritorio

Remus se acerco al escritorio y encontró dos pequeñas bolsas de sangre, las tomo y se acerco de nuevo a Glen:

-Toma

-Gracias, la segunda es para ti

-Pero...

-Es sangre artificial

-Bueno...

Ambos abrieron las pequeñas bolsas, tomaron la sangre falsa, Remus sonrió complacido y vio a Glen que la sangre artificial se escapa un poco de sus labios y no pudo evitar sonrojarse, se le acerco le saco la bolsa le lamió los labios, Glen se sonrojo totalmente y Remus solo termino besándola.

(Fin)