El enigma de las diosas -Capitulo 1: La diosa de las nieves!-



EL ENIGMA DE LAS DIOSAS


Capitulo 1: La diosa de las nieves!


En una dimensión desconocida, se encuentran 5 diversos reinos, gobernados cada uno por su propia y bellísima diosa. 
Las diosas de estos reinos se encargan únicamente ellas de gobernar, son atendidas y aconsejadas por sus consejeros, los cuales los eligen sus padres al momento de nacer la diosa. Aparte, se encargan de mantener a salvo su reino de las feroces bestias que acechan a los habitantes, durante millones y millones de siglos, las diosas han sido amadas, respetadas, honradas, nunca se les llevo la contra. Hasta que en un punto, la misma humanidad comenzó a pudrirse desde la raíz. Habían emergido brujas, villanas, tiranas, con un gran rencor a las diosas. Estas tiranas comenzaron a sembrar en el corazón de la gente la duda, el miedo, la incertidumbre, todo..., inclusive los pecados capitales, que hasta ese momento eran demasiado sutiles, pero por estas tiranas, había crecido en cantidades increíbles, en tan poco tiempo habían podrido a la gente. Las diosas lanzaron la luz de sus corazones, su esperanza y demás sobre las tiranas y sobre el pueblo, consiguiendo que las tiranas se oculten por muchísimos siglos, y el pueblo volviese a ser como antes. Así lo ah contado la leyenda desde miles y miles de siglos, pero nuestra historia no acaba en fabulas, poemas, mitos, leyendas o cuentos para niños que se ah echo con esa historia, no damas y caballeros. Nuestra historia vuelve a emerger en estos años, los años que volverían a marcar paginas y paginas de nuestra historia, así es..., hay gente entre los pueblos que ya no cree que nuestras queridas diosas deban reinar, quieren destituirlas del poder, ¿Como piensan hacerlo?, ¡ASESINÁNDOLAS FRENTE A SUS PUEBLOS!, esa gente ah sido tan mal influenciada, Se preguntaran como..., las tiranas lograron escapar de su prisión antes de tiempo..., comenzaron a sembrar la duda en los corazones de esas personas... FRENTE A SUS PUEBLOS!, esa gente ah sido tan mal influenciada, Se preguntaran como..., las tiranas lograron escapar de su prisión antes de tiempo..., comenzaron a sembrar la duda en los corazones de esas personas... hasta pudrirles, solo nuestras queridas diosas podrán remediar esto.
Aquí empezamos a contar, desde el reino nevado de Snowloversh, en la torre más alta, con vista a todo el reino, tenia lugar la habitación de su diosa. Las aves comenzaron con su dulce cantar a despertar a todo el pueblo, y también a la diosa. Unas avecillas se habían posado en el barandal del jardín derecho de la torre, las avecillas, luego entraron a la habitación de la diosa, mientras tuvieron que atravesar las flores invernales y otoñales del jardín, para llegar a la habitación. En ella, se posaron sobre la cama de la diosa y le cantaban dulcemente para despertarla, a lo cual ella termino por ceder. Se levanto de su cama, con sus acolchados azul marino usándolos para cubrirse por el frió, salio al jardín derecho por el cual podía ver una gran parte de su reino, bostezo un poco, luego abrió los ojos, sus ojos verde agua claros, eran como una mezcla de un verde marino. Sus cabellos largos marrones, tal como el color castaño o a veces caramelo, salía de su acolchado, su piel tan blanca como la nieve, sumado a todo lo demás, le da un cierto encanto único. Bostezo un poco mas, y apareció el consejero de la diosa, el cual, la diosa había leído sus cartas donde le aconsejaba, pero esta seria la primera vez que lo veía, se volteo al escuchar pasos detrás de ella y lo vio, a un joven muchacho, de cabellos blancos con un poco de negro en algunas partes, piel blanca, un ojo verde como las esmeraldas, y el otro ojos amarillo como el ámbar, el muchacho era alto, guapo, pero por si fuera poco, parecía tener un gusto peculiar en la moda, ya que su traje era muy similar o copiando el estilo, de la época victoriana. La joven diosa se sorprendió al verlo, imaginaba a un viejo y le traían a un joven príncipe victoriano, las mejillas de la diosa se ruborizaron, un color rojo las teñía. ¿Seria el amor?, ¿La diosa conocería el amor a primera vista, y como si fuera poco, a manos de su propio consejero?. Miles de preguntas estaban en la cabeza de la diosa, el joven caballero se acerco a la joven y delicada diosa, se arrodillo frente a ella, tomo su mano y la beso:

??- Encantado de conocerle joven diosa, mi nombre es Lysandro Ainsworth, soy su consejero... -La miro a los ojos y le sonrió amablemente-

??- E-Encantada de conocerle Sir. Ainsworth, mi nombre es Glen, llámeme por mi nombre, no necesito que me trate con tanta formalidad... -Le sonrió gentilmente tratando de ocultar sus mejillas ruborizadas-

Lysandro: Pero Madame... yo...

Glen: Es mi primera orden... -Sonrió-

Lysandro: Esta bien Glen-Sama -Sonrió y se puso de pie- Déjeme decirle que hay mucho papeleo, muchas cosas organizadas para el día de hoy...

Glen: Oh... ya.... *En su mente: QWQ! BALE BERGA LA BIDA QWQ!* 

Lysandro: Aparte, la próxima noche, es la celebración del cumpleaños de una de las diosas, como usted ah sido invitada debe ir, así que iremos a encargar un vestido...

Glen: Claro... *En su mente: =3= Es muy guapo..., QWQ! Pero mis patitas ya no resistirán todo el día! QWQ!*


Lysandro llevo a la diosa Glen, a la biblioteca, donde en unas 3 horas lograron terminar todo el papeleo de unos buenos meses, luego salieron a los campos, los aldeanos tenían problemas, una gran cantidad razonable de bestias feroces les amenazaban. Al llegar la diosa la recibieron muy calidamente y felices, la diosa explico que venia a ayudarlas, pidió que la condujesen hacia donde estaban las bestias, y así lo hicieron. Glen llego al lugar de las bestias, lo único que podía primero hacer, fue convertirse en su modo de diosa u modo divino. Era apenas un poco más alta que antes, de piel clara como la nieve, ojos verde agua, la mezcla de zafiros y esmeraldas brillaba en sus ojos, una larga cabellera marrón castaño o quizás caramelo. Aparecieron unas alas en su espalda, se elevo, mientras volaba y las bestias trataban de matarla, ella las ataco con su katana, partiéndolas al medio y haciéndolas desaparecer. Eso había sido muy fácil, quizás demasiado…, por un pequeño descuido de la diosa, apareció una serpiente gigante detrás de ella y la enredo en su cola tratando de quitarle el aliento, mejor dicho, dejarla sin respirar. La diosa estaba a punto de ceder, en ese momento, empuñando su katana, corto la cola de la feroz bestia, la bestia se había alejado un poco y se retorcía, la diosa miro seriamente a la serpiente, la bestia trato de atacarla clavándole los colmillos, pero la diosa tan solo evadió, guardo su katana, bajo un poco, hasta quedar frente a frente de la serpiente, los ojos de la serpiente se clavaron en los de la diosa. Glen hizo que a la serpiente le saliera una nueva cola y la convirtió en una serpiente de menor tamaño, le coloco un sello y le puso una correa. La diosa volvió a su modo normal, su forma humana, los aldeanos estaban muy preocupados por ella, Glen tomo a la serpiente en brazos, se dirigió al pueblo y les dijo a los aldeanos que ya estaba todo solucionado, que no temieran por nada. 
Cuando todo eso termino, Lysandro llevo a la diosa a una tienda de ropa que no solo aparte de lo obvio vendía ropa, si no que la diseñaba, la confeccionaba…, entre otras cosas. Al entrar fueron recibidos por el vendedor de la tienda, el cual se acerco a Lysandro y a la diosa, hizo una reverencia ante la diosa y beso su mano, luego volvió a ponerse de pie y miro a Lysandro diciéndole:
¿?- Te has tardado Lysandro, ¿No quieres dejarme un poco de tiempo para hacer el vestido, los zapatos, los accesorios y demás que llevara la diosa?


Lysandro: Perdona Leigh, lo había olvidado.

Leigh: ¿Qué no te olvidas tu querido hermano?

Lysandro: ¿Qué significa eso, querido hermano?

Leigh: Nada… -Poso sus ojos nuevamente en la diosa- Discúlpeme madame, mi nombre es Leigh Ainsworth, soy el hermano mayor de Lysandro –Sonriendo amablemente-

Glen: Encantada de conocerle Sir Ainsworth, mi nombre es Glen. Llámeme por mi nombre por favor…

Leigh: Pero…, yo…

Glen: Por favor noble caballero –Sus ojos brillaban mientras miraba a Leigh-

Leigh: E-Esta bien My Lady Glen –Sonrío mientras reía un poco tímidamente-

Lysandro: -Los miraba sin entender las cosas-

Leigh: Bueno, venga My Lady, tomare sus medidas

Glen: -Se ruborizaron sus mejillas, ella siempre había estado acostumbrada que mujeres le tomaran sus medidas, pero un caballero no. Esta es la primera vez que ocurría- P-Pero…noble caballero….

Leigh: Déjese de ruborizar y venga, el tiempo es oro –La tomo delicadamente de la muñeca y la llevo a los vestidores-


La diosa hizo lo que Leigh le indico, Leigh tomo sus medidas delicadamente, aunque levemente ruborizado, para que la diosa no se diera cuenta. Mientras Leigh tomaba las medidas, Lysandro preparaba algunos aperitivos y el té. Leigh termino de tomar las medidas de la diosa, la diosa volvió a vestirse, al terminar de vestirse, salieron de los vestidores y fueron donde Lysandro, el cual los preparaba con todo listo.
Tras una agradable velada, ya había oscurecido demasiado, La diosa y Lysandro se despidieron de Leigh, el joven caballero llevo a la joven diosa a su torre, la llevo a la habitación y la dejo durmiendo. Mañana seria un día mucho mas largo que este pensó…


FIN



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Personajes Percy Jackson (FC) 1era parte.

Percy Jackson (FC) 2: El Viaje